Dibujo de Formas - WALDORF

Categorías

En este artículo encontramos una explicación clara de la importancia del Dibujo de Formas para la educación integral de nuestros niños. ¡Que lo disfruten!

 

Dibujo de Formas Waldorf

El dibujo de formas se enseña como asignatura de primero a quinto grado; consiste esencialmente en el dibujo a mano alzada de formas que no constituyen representaciones. Se estableció como una asignatura totalmente nueva cuando Rudolf Steiner la introdujo en la primera escuela Waldorf en 1919. Hasta hoy en día se mantiene como algo nuevo, en el sentido de que todavía estamos descubriendo aspectos nuevos y diferentes aplicaciones del dibujo de formas.

Cuando los padres observan en la escuela una exposición de dibujo de formas– patrones rítmicamente elaborados, reflejos y rotaciones, figuras geométricas, diseños intrincados entrelazados, ellos se preguntan: “¿Cuál es el propósito de este tipo de dibujo? ¿Contribuye al desarrollo de mi hijo?” O con asombro surge en ellos la siguiente interrogante: “Si, como dice el profesor de la clase, los sentimientos son la clave en la educación de los niños de siete a catorce años, ¿afecta realmente a los sentimientos el dibujo de formas? Y si lo hace ¿Son buenos los efectos?”. Estas son preguntas probables y legítimas, debido a que la educación Waldorf pretende enseñar cada materia con la finalidad de promover el desarrollo de los niños, así como de sus conocimientos y habilidades.

No es fácil ver el valor educativo del dibujo de formas con solo observar los dibujos de los niños, debido a que su eficacia se hace realidad en el proceso, más no en el producto. "LO QUE EDUCA ES EL ACTO DE DIBUJAR, NO EL RESULTADO". Los dibujos que se muestran en una exposición son un registro visual del proceso que los produjo, pero no nos pueden decir mucho al respecto. Lograríamos aprender algo más si pudiésemos observar a los niños en la clase.

En los grados primero o segundo podríamos verlos ´moverse´ en relación a la forma, caminándola en el piso, o experimentándola en la totalidad de su cuerpo. Entonces podemos ver cómo los niños transfieren al papel esta gran experiencia tridimensional, traduciéndola en una forma de dos dimensiones mucho más pequeña. Solo entonces es posible observar la parte externa del proceso en acción.

Incluso sin observar una clase, podemos obtener cierto entendimiento sobre la experiencia de los niños, cuando nosotros mismos nos colocamos brevemente en un proceso similar.[...]

El dibujo de formas se enseña como asignatura hasta quinto grado. Sin embargo, sus efectos benéficos continúan percibiéndose después. Efectivamente, los temas afines como el dibujo, las ilustraciones, la geometría y el diseño de las artesanías y manualidades son las que más se benefician directamente.

Pero también la capacidad artística, la imaginación, la observación y cierto grado de destrezas técnicas, desarrolladas por el dibujo de formas, pueden constituirse en la piedra angular de muchas materias escolares.

Ciertas habilidades y actitudes promovidas por el dibujo de formas se proyectan más allá de la vida escolar hacia el futuro, por ejemplo: un sentido por la belleza, la armonía y la proporción; una imaginación lo suficientemente vivaz como para enfrentar con éxito las limitaciones prácticas; una voluntad capaz de ponerse a la altura de los problemas para encontrar soluciones adecuadas; un pensamiento flexible para adaptarse a situaciones cambiantes; y la integridad que surge del sentirse contento con sólo realizar el mejor trabajo. Tales habilidades, nutridas en la infancia dentro de una esfera artística, pueden crecer y madurar como destrezas de vida requeridas en la edad adulta. Es difícil prever cómo será la vida de los niños cuando se conviertan en adultos. No obstante, podemos estar seguros que esas capacidades serán de ayuda para que estos jóvenes se enfrenten y lidien con lo que la vida les depare.

Rosemary Gebert