A pesar de tener acceso a la información, a una paga semanal o mensual y a productos financieros adaptados a sus necesidades, a los adolescentes les cuesta identificar que sus hábitos de hoy pueden afectar a su vida de mañana.
Concienciar a los más jóvenes de la importancia de la educación financiera es todavía una asignatura pendiente.
Según cifras de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en México el 30% de los jóvenes mexicanos no tienen ningún interés por adquirir cultura financiera y les gusta gastar el dinero en comida, tecnología, ropa y entretenimiento. El dato más preocupante es que solo el 13% de los jóvenes ahorran una parte de su paga.
La educación financiera se aprende, sobre todo, con la práctica. Por eso, es importante que los adolescentes vayan adquiriendo hábitos saludables para su bolsillo de una forma positiva, que les haga sentirse importantes. Estos son algunos ejemplos para conseguirlo:
- Salir a hacer recados familiares, comparar precios y tomar decisiones de compra, es un buen ejercicio para que los más jóvenes sean conscientes de la importancia de atenerse al presupuesto y no hacer gastos superfluos. Además, es una forma de darles responsabilidad y hacerles sentirse importantes, al permitirles tomar decisiones que no solo le afectan a ellos, sino también a su familia.
- Apuntar los gastos. Además de hacer un presupuesto donde se marcan ingresos y gastos, es útil apuntar lo que se ha gastado cada día para controlar bien el dinero y llegar a fin de mes con desahogo.
- El teléfono es una buena herramienta de ahorro. En el mercado hay numerosas ‘apps’ que ayudan a controlar las finanzas. Las aplicaciones oficiales de los bancos suelen tener ser muy completas y permiten controlar al momento el estado de las finanzas